


Hoy en día la mayor parte de la población latinoamericana vive en países con altos niveles de criminalidad organizada. Estas organizaciones suelen explotar las deficiencias legislativas, las guerras y la inestabilidad institucional para infiltrarse en los territorios, ampliando así el alcance de su poder y mimetizando su acción en los espacios de la legalidad. Se trata de un sistema que se fortalece por la complicidad de las instituciones y del sector empresario destacándose, en el escenario de los fenómenos criminales, tres grandes tráficos internacionales: el tráfico de armas, el narcotráfico y la trata de personas. En la lucha contra las organizaciones criminales y la corrupción es de máxima importancia, así como se encuentra establecido en la Convención de Palermo del año 2000, una cooperación integral entre países, instituciones y sociedad que ponga en marcha herramientas y estrategias diferenciadas.
ALAS está conformada por más de 70 organizaciones en Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Perù y República Dominicana.